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Un pequeño centro de Vallecas quiere ser el primer colegio en hacer la transición energética gracias al apoyo ciudadano

El alumnado de Centro Cultural Palomeras en el patio durante un acto de difusión del proyecto

Luis de la Cruz

Madrid —

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Poner en marcha una campaña de financiación colectiva para hacer el colegio de tus hijos autosuficiente energéticamente con fotovoltaica y aerotermia. Suena bien, aunque ambicioso. Pero es un bonito proyecto a punto de ser realidad (durante este mes aún se puede participar) en un pequeño colegio de Puente de Vallecas. 

Todo empezó en el seno del AURORA (Achieving a new European Energy Awareness), un proyecto financiado por la Unión Europea de la Universidad Politécnica de Madrid. En un principio, el proyecto de transición energética implicaba la transformación del Campus Sur de la propia universidad, en Vallecas, pero distintos problemas burocráticos lo complicaron. Los investigadores decidieron mirar entonces cerca para trasladar la idea a alguna comunidad local y dieron con el pequeño colegio como candidato a encarnar la idea de comunidad energética microfinanciada.

Centro Cultural Palomeras es una escuela concertada –de educación infantil hasta secundaria– fundado hace 52 años. “No somos un colegio concertado al uso, siempre decimos que somos un colegio concertado con vocación pública porque somos cooperativistas, una cooperativa de profesores y profesoras sin ánimo de lucro. Nuestra profesión es educar y crear ciudadanos y ciudadanas”, explican desde el Palomeras. 

El equipo de 22 profesores cooperativistas del colegio se encontró con el ofrecimiento de los universitarios, que recibieron con ilusión y también, por qué no decirlo, con un poco de susto por la dimensión del cambio. “Pero hemos recibido mucha ayuda desde el principio, así que nos lanzamos, le contamos el proyecto a las familias, con las que tenemos mucha comunicación por ser un colegio pequeñito, y decidimos ir adelante con ello”, cuentan desde el colegio. 

Al dúo formado por investigadores y colegio de barrio se unió en la empresa la cooperativa de renovables Ecooo, que interviene desde la parte técnica, en el modelo de financiación y en la labor comunicativa. “Consideramos que puede ser el primer cole de españa que consiga hacer su transición energética gracias al apoyo de la ciudadanía”, explican desde la cooperativa.

El hecho de ser un colegio concertado ha permitido poner en marcha el proyecto sin los condicionantes burocráticos que tendría en la red pública –en la que los impulsores de la experiencia explican también sería deseable que se adaptara un modelo así–. Hay, sin embargo, un vector público en el recorrido hasta la autosuficiencia energética, pues el casero de Centro Cultural Palomeras es IVIMA, que ha dado el visto bueno para la mejora de la infraestructura.

La apuesta por la transición energética ha permeado en el día a día del colegio. “Hemos hecho talleres, el carnaval ha girado alrededor del cambio de modelo energético, la lucha contra el cambio climático ha entrado en las aulas…y no digamos lo buena que está siendo la respuesta de las familias”, cuentan desde el colegio con orgullo y entusiasmo.

La fórmula no es un crowdfunding al uso, en el que los aportantes colaboran por el gusto de ver salir adelante la propuesta. No son donantes sino inversores, que aportan pequeñas cantidades que les serán devueltas con un interés del 1,5%. El modelo forma parte de la filosofía de AURORA, que promueve implicar a los ciudadanos de forma profunda con el cambio. Desde la UPM y Ecooo explican que la inversión se devolverá a partir de los propios ahorros energéticos resultantes de las nuevas fuentes de energía.

Inicialmente, el proyecto europeo contemplaba la parte de la instalación de placas fotovoltaicas pero, después de un análisis, las partes implicadas quisieron ir un poco más allá, hacia la transición energética completa. Por eso, la campaña de financiación se dividió en tres fases. Un objetivo mínimo de 50.000 euros para la instalación de autoconsumo fotovoltaico, que permitirá sustituir las viejas calderas de los dos edificios del colegio. A continuación,  la climatización del colegio a través de dos sistemas de aerotermia, reduciendo la factura mensual y las emisiones de CO2, que se conseguirán con los hitos de los 100.000 y los 150.000 euros. Actualmente, han alcanzado ya el segundo hito y están a unos 30.000 euros del final del camino.

Familias del colegio, miembros de la comunidad educativa de la Politécnica y otras personas concienciadas con el problema del cambio climático están haciendo posible un proceso que será perceptible en primera persona y en el entorno más cercano (incluso hablan de la aparición de un refugio climático para el barrio). Un salto cualitativo que hará cambiar, literalmente, de siglo al centro de Palomeras abierto en 1971.

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